Gracias al envío de contenedores de Ayuda
Humanitaria, Madre Coraje junto a Cáritas Perú pudieron paliar las necesidades
de muchas organizaciones locales que atienden a población vulnerable.
Esta población, la mayoría residente en los
Asentamientos Humanos de Lima, se ha visto gravemente afectada por la pandemia
ocasionada por la Covid-19. Esta pandemia desencadenó también una inestabilidad
económica al impedir el desarrollo del trabajo de mucha de estas poblaciones
dedicadas a la venta ambulante.
El 34% del contenido del contenedor fue ropa de abrigo y ropa de hogar y el 27% mantas, implementos básicos de abrigo y protección para personas pobres y vulnerables. El 14% del contenido fueron libros de biblioteca, el 12% juguetes, el 5% material escolar y el 3% andadores y el % restante corresponde a artículos para bebes, máquinas de coser y sillas de ruedas.
Con relación a las mantas y la ropa de abrigo,
fueron entregadas a la población más vulnerable, ancianos, niños y personas
migrantes, que en tiempos de pandemia están en situación de pobreza extrema, no
tienen donde vivir, no tienen empleo, en muchos casos están sobreviviendo de la
caridad, acrecentando las necesidades no resueltas.
En cuanto a los libros y el material escolar, ante
la cancelación de la educación presencial, estos materiales fueron entregados a
las familias, quienes los vienen utilizando de forma muy ingeniosa para
entretener a sus hijos ante la imposibilidad de que salgan de casa, algunos
hasta han creado áreas muy coloridas de lectura en sus casas.
Dada la irregular situación por la pandemia, y ante una segunda ola de contagios de covid-19 más agresiva y con mayor letalidad, los bienes del contenedor financiado por la Fundación Roviralta fueron distribuidos con prioridad a las obras sociales con usuarios en condición de internados, y a las instituciones que vienen apoyando a sus usuarios a través de ollas comunes, visitas domiciliarias, atenciones a familias migrantes y a personas sin empleo, que hasta la fecha se cuentan por miles.
Su labor se centró en 54 obras sociales ubicadas en Lima y 3 en provincias que recibieron un promedio 136 kilos de ayuda material.